Esta ruta, que sale de la Plaza de las Moreras tiene unos 6 ó 7 km. Tres de ellos de buena subidica, por una senda estrecha, hasta donde se abren "las cuevas" en la pared caliza. A veces hay que salvar algunas rocas en el camino, pero precisamente por ello, por la extraordinarias vistas, por su umbría y abundante vegetación, se hace muy amena. Con niños, la hicimos en 2 horas y 1/4, con dos descansos de 1/4 de hora.
A ratos la presencia del suelo rojizo delata su naturaleza arcillosa. Algún pino carrasco con su "escoba de bruja" delata estas malformaciones a consecuencia de la savia elaborada y que va provocando el debilitamiento del pino. En lo alto la ausencia de arbolado permite la presencia imponente de la albaida en floración. Espectacular. Un mar amarillo de flores y zumbidos de abeja. También está muy presente el palmito, el lentisco, el enebro y la jara blanca. ¡¡Todo en floración!! A la altura ya de las Cuevas, con la humedad del ambiente, en la umbría, aparecen líquenes y musgos. Pasamos un aljibe a través de un buen pinar, con cantidad de enebros y lentiscos. Ya bajando, por la pista forestal, vemos algunas carrascas, también palmitos y en las zonas más húmedas el baladre y rosales silvestres, Hasta llegar a la carretera y al punto de partida.
Sólo llevaba la cámara del móvil y además, no caí en echar fotos, pero todo era una explosión de colorido.
Arriba, caminando por la estrecha senda, libre ya de pinos y recogiendo todo el sol del medio día, sólo se escuchaba entre un mar de flores del romero y de la albaida, de la jara blanca y de las malvas, el zumbido de las abejas, volando de flor en flor, saboreando la primavera.